La Cuenca alta del Manzanares nos muestra de nuevo en esta excursión la singularidad de sus paisajes que podremos observar desde Rancajales o desde el cinematográfico ceño del Cerro de San Pedro según tomemos la ruta principal o la extensión. Paisaje evocador y pastoril que recuerda el porqué de sus primeros asentamientos de pastores segovianos.
Sin dificultades reseñables en esta ruta más que los continuos toboganes en leve ascenso desde la salida de embajadores que vuelve a fijarse a las 08:30 horas. Ni Rancajales ni el Cerro de San Pedro nos muestran su cara más difícil en esta ruta que nos lleva a todos al merecido desayuno en Colmenar Viejo antes de regresar a Madrid.
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